¿Ser o Hacer?
En estos días he contemplado algunos errores vinculares entre personas, y he planteado una hipótesis respecto de la distinción entre ver y percibir. Muchos confunden esto, pero segun mi opinión es fácil salir del error.
En nuestro diario relacionar biológico percibimos constantemente. A traves de los sentidos percibimos al otro. Percibimos su lenguaje verbal y no verbal, aprendemos técnicas para dominar las reglas de la comunicación. Hacemos análisis de las reglas y síntesis de los mismos para alcanzar niveles meta, con el fín de conocer las reglas de las reglas, pero nos olvidamos de ver. Simplemente nos conformamos con el "hacer" del otro, y confundimos lo que hace con lo que es. De esta forma, percibimos que una persona es elegante y refinada, con grandes competencias en determinadas areas, y nos conformamos con eso, sin ver a la persona realmente. Visualmente nos agrada su apariencia, auditivamente nos cautiva su tono de voz, y olemos un delicioso perfume que nos seduce. Entramos de esta manera en una dicotomía relacional implícita, en la que podemos decidir el abrirle las puertas de nuestro "hacer" a esa persona, o bien cerrarles completamente el acceso. Las técnicas de programación neurolinguística permiten a quienes las usan, disfrazar sus verdaderas intenciones de manera eficiente y/o interceptar conscientemente el lenguaje completo del otro, pero así y todo no permiten que la persona pueda ver.
La pregunta ahora es:
-¿Qué es lo que veo?-
-lo que usualmente ves es lo que percibes-
-¿Y qué es lo que percibo, especificamente?-
-Simplemente percibes el "hacer", no el "ser".-
¿A qué voy con esto?
Me estoy refiriendo a que es muy difícil que veamos a la persona, ya que al estar condicionados culturalmente solo nos manejamos en el "hacer" del otro sin ver el "ser" del otro. De esta forma, por ejemplo, decidimos entrar en depresión cuando el otro rechaza, ultraja, ignora o viola nuestro "hacer", en donde frecuentemente depositamos nuestros anhelos , esfuerzos y esperanzas, y agredimos a nuestro "ser", cuando algo no sale como esperábamos (Freud denomina a este proceso como narcisismo primario y secundario).
Obviamente nos es imposible ver a cada otro con los que nos relacionamos en el diario relacionar, pero sí nos es más fácil el dedicarnos a ver nuestros próximos otros cotidianos.
Por todo esto, propongo algunos pasos tentativos que nos puedan ayudar a ver.
1) Vernos a nosotros mismos, conocernos, cuidarnos, olvidándonos de nuestro propio "hacer", de manera de cuidar nuestro lugar, para conocerlo y diferenciarlo de la posición que nos da el "hacer".
2) Identificar los factores culturales que nos prederterminan y una vez hallados, desaprenderlos. La predeterminación cultural nos influye en nuestro accionar y lenguaje, es decir que nuestro hacer es construido en base a lineamientos implícitos predeterminados culturalmente. Un ejemplo de esto puede ser el odio irracional a los judíos, la indiferencia frente a los pueblos indígenas argentinos, o la presuposición de que una persona de bajos recursos es un delincuente.
3) Dedicarnos a redescubrir al otro tal como "es", olvidándonos de lo que "hace".
Finalmente, planteo un ejercicio corto para practicar con un otro proximo, y es el preguntarle "¿Que soy yo para vos?". De esta forma, este ejercicio mental en el otro, genera nuevos recursos en su mente, con lo que su "hacer" queda preparado para sincronizarse con el nuestro, no mediante rapport, sino mediante empatía.
En nuestro diario relacionar biológico percibimos constantemente. A traves de los sentidos percibimos al otro. Percibimos su lenguaje verbal y no verbal, aprendemos técnicas para dominar las reglas de la comunicación. Hacemos análisis de las reglas y síntesis de los mismos para alcanzar niveles meta, con el fín de conocer las reglas de las reglas, pero nos olvidamos de ver. Simplemente nos conformamos con el "hacer" del otro, y confundimos lo que hace con lo que es. De esta forma, percibimos que una persona es elegante y refinada, con grandes competencias en determinadas areas, y nos conformamos con eso, sin ver a la persona realmente. Visualmente nos agrada su apariencia, auditivamente nos cautiva su tono de voz, y olemos un delicioso perfume que nos seduce. Entramos de esta manera en una dicotomía relacional implícita, en la que podemos decidir el abrirle las puertas de nuestro "hacer" a esa persona, o bien cerrarles completamente el acceso. Las técnicas de programación neurolinguística permiten a quienes las usan, disfrazar sus verdaderas intenciones de manera eficiente y/o interceptar conscientemente el lenguaje completo del otro, pero así y todo no permiten que la persona pueda ver.
La pregunta ahora es:
-¿Qué es lo que veo?-
-lo que usualmente ves es lo que percibes-
-¿Y qué es lo que percibo, especificamente?-
-Simplemente percibes el "hacer", no el "ser".-
¿A qué voy con esto?
Me estoy refiriendo a que es muy difícil que veamos a la persona, ya que al estar condicionados culturalmente solo nos manejamos en el "hacer" del otro sin ver el "ser" del otro. De esta forma, por ejemplo, decidimos entrar en depresión cuando el otro rechaza, ultraja, ignora o viola nuestro "hacer", en donde frecuentemente depositamos nuestros anhelos , esfuerzos y esperanzas, y agredimos a nuestro "ser", cuando algo no sale como esperábamos (Freud denomina a este proceso como narcisismo primario y secundario).
Obviamente nos es imposible ver a cada otro con los que nos relacionamos en el diario relacionar, pero sí nos es más fácil el dedicarnos a ver nuestros próximos otros cotidianos.
Por todo esto, propongo algunos pasos tentativos que nos puedan ayudar a ver.
1) Vernos a nosotros mismos, conocernos, cuidarnos, olvidándonos de nuestro propio "hacer", de manera de cuidar nuestro lugar, para conocerlo y diferenciarlo de la posición que nos da el "hacer".
2) Identificar los factores culturales que nos prederterminan y una vez hallados, desaprenderlos. La predeterminación cultural nos influye en nuestro accionar y lenguaje, es decir que nuestro hacer es construido en base a lineamientos implícitos predeterminados culturalmente. Un ejemplo de esto puede ser el odio irracional a los judíos, la indiferencia frente a los pueblos indígenas argentinos, o la presuposición de que una persona de bajos recursos es un delincuente.
3) Dedicarnos a redescubrir al otro tal como "es", olvidándonos de lo que "hace".
Finalmente, planteo un ejercicio corto para practicar con un otro proximo, y es el preguntarle "¿Que soy yo para vos?". De esta forma, este ejercicio mental en el otro, genera nuevos recursos en su mente, con lo que su "hacer" queda preparado para sincronizarse con el nuestro, no mediante rapport, sino mediante empatía.