¿Qué es escribir para mí?
Lo he estado pensando bastante. Necesito saber cual es la obsesión con la que escribo hasta los dedos en el aire. Quizás es mi manera de escapar de la realidad, inventando relatos. Sufro tornados y tormentas dentro mio. Carajo! es traumático y a la vez alucinante. Mis dedos vomitan el estado de mi alma que no tiene consuelo. Nunca en mi puta vida he logrado escribir lo que quiero, ya que siempre algo nuevo y distinto se me escapa. Creo que esto es algo que me ha acompañado desde siempre, desde que tengo uso de razon. "El mucho conocimiento trae aflicción al espíritu", dijo Salomón. Carajo!
¿Qué será mejor?, ¿Ser un burro hedonista y mediocre que vive según la moda, mas bien ser alguien con un montón de cosas que decir y que busca desesperadamente la manera de decirlo con presición?
Este trabajo intelectual me hace recordar a mis épocas en la que era un niño, cuando no tenía con quién jugar porque hablaba de cosas "raras", como por ejemplo el proceso químico necesario para detonar una bomba atómica o de las maravillas eléctricas y magnéticas que nos rodeaban. El culpable de esto fue sin duda mi padre, que me dió para leer su colección de revistas de ciencia y tecnología. Casi nadie en mi barrio y familia entendía de lo que hablaba. Aprendí a leer a los 5 años y devoraba cualquier cosa que tuviese a mano. Hasta las recetas de cocina que venían en los envases o las advertencias en los insecticidas.
Al no jugar al futbol (siempre elegían a mi vecino, el "Ratón" Ayala) y al ser un bicho "extraño", me dediqué a crear juegos solitarios, en los que interactuaba con personajes y sucesos. Esto era más divertido que jugar a lo estandard para un chico, es decir, las bolitas, las figuritas o el futbol. Nunca encontré el sentido de estos juegos. Siempre me parecieron faltos de libertad y creatividad. Mi verdadero entretenimiento eran mis mundos y situaciones. Quizas despues de tanto divague por fín he encontrado la razón por la que escribo: "Escribir es volver a jugar".
Bendita reflexión escrita. Hoy duermo tranquilo.
¿Qué será mejor?, ¿Ser un burro hedonista y mediocre que vive según la moda, mas bien ser alguien con un montón de cosas que decir y que busca desesperadamente la manera de decirlo con presición?
Este trabajo intelectual me hace recordar a mis épocas en la que era un niño, cuando no tenía con quién jugar porque hablaba de cosas "raras", como por ejemplo el proceso químico necesario para detonar una bomba atómica o de las maravillas eléctricas y magnéticas que nos rodeaban. El culpable de esto fue sin duda mi padre, que me dió para leer su colección de revistas de ciencia y tecnología. Casi nadie en mi barrio y familia entendía de lo que hablaba. Aprendí a leer a los 5 años y devoraba cualquier cosa que tuviese a mano. Hasta las recetas de cocina que venían en los envases o las advertencias en los insecticidas.
Al no jugar al futbol (siempre elegían a mi vecino, el "Ratón" Ayala) y al ser un bicho "extraño", me dediqué a crear juegos solitarios, en los que interactuaba con personajes y sucesos. Esto era más divertido que jugar a lo estandard para un chico, es decir, las bolitas, las figuritas o el futbol. Nunca encontré el sentido de estos juegos. Siempre me parecieron faltos de libertad y creatividad. Mi verdadero entretenimiento eran mis mundos y situaciones. Quizas despues de tanto divague por fín he encontrado la razón por la que escribo: "Escribir es volver a jugar".
Bendita reflexión escrita. Hoy duermo tranquilo.